CARTOGRAFIA UNAD
Características diferenciales de la población
Número de habitantes: Aproximadamente 1,200 residentes.
Aproximado de viviendas: Alrededor de 250 casas construidas con materiales tradicionales, como madera, palma y tapia.
Características étnicas y rasgos culturales distintivos:
Predominancia de la comunidad chimila, que mantiene viva su lengua y tradiciones ancestrales.
La organización social se realiza por cabildos tradicionales, que toman decisiones sobre temas culturales, territoriales y sociales.
Celebran festividades propias como la Fiesta de la Vida, que combina música, danza, tejidos y rituales ancestrales.
Practican actividades agrícolas tradicionales, incluyendo el cultivo de yuca, plátanos, maíz y frutales tradicionales, combinadas con la recolección y la caza menor.
Conservan conocimientos ancestrales en medicina natural, técnicas de tejido, cerámica y cestería.
La vestimenta tradicional incluye tejidos con símbolos culturales y adornos naturales hechos con semillas, fibras y plumas.
El territorio es considerado sagrado y protegido mediante prácticas de respeto y conservación ambiental arraigadas en su cosmovisión indígena
Usos del territorio y relación con el medio ambiente:
Las actividades productivas que predominan en el resguardo son:
La agricultura tradicional, cultivando yuca, plátano, maíz y variedades de frutales propios de su cosmovisión y biodiversidad local.
La recolección de plantas medicinales y alimentos silvestres en su entorno natural.
La caza menor, como iguanas, venados y aves, respetando las temporadas y prácticas tradicionales.
La pesca en ríos y corrientes cercanas, utilizando técnicas tradicionales como redes y ballestas.
La artesanía, elaborada con materiales naturales provenientes del territorio, incluyendo fibras, semillas y barro.
Estas actividades están integradas en su cosmovisión y en su relación respetuosa con el medio ambiente, priorizando la conservación y el uso sustentable del territorio.
Agricultura tradicional: La comunidad practica una agricultura de subsistencia, cultivando yuca, plátano, maíz, papaya, berenjena y otros vegetales tradicionales, utilizando técnicas ancestrales de rotación y quemas controladas. La siembra se realiza en espacios comunales y en parcelas familiares, respetando los ciclos agrícolas tradicionales.
Recolección de recursos naturales: La comunidad recolecta plantas medicinales, frutos, raíces y fibras para la elaboración de tejidos, cestería y remedios naturales, respetando las temporadas y protocolos tradicionales de recolección. Muchas de estas plantas crecen en áreas protegidas dentro del territorio.
Caza y pesca: La caza menor, con técnicas tradicionales como trampas y armas artesanales, incluye especies como iguanas, sereques, venados pequeños y aves. La pesca en ríos cercanos se realiza con redes, cucharas y lanzas, con respeto por las temporadas de reproducción de las especies.
Manejo del territorio: La comunidad mantiene un adecuado manejo del bosque y las quebradas, promoviendo prácticas de conservación como los sistemas de guardabosques y reservas tradicionales basadas en conocimientos ancestrales, que garantizan la sostenibilidad de los recursos.
Convención cultural y espiritual: Algunas áreas del territorio se consideran sagradas y se destinan a ceremonias, rituales y espacios de protección de otros recursos naturales, como sitios ceremoniales y selvas sagradas.
Artesanía y uso de materiales naturales: La utilización de fibras, barro, semillas y fibras vegetales para la elaboración de artesanías, utensilios y adornos, que mantienen viva la relación cultural con el territorio, fortaleciendo su identidad y sustentabilidad.
Relación respetuosa: La comunidad mantiene una relación altamente respetuosa con su medio ambiente, basada en principios tradicionales de reciprocidad, protección de la biodiversidad, límites y ceremonias que aseguran la armonía con la naturaleza. La protección del territorio es vista como un acto sagrado, y las actividades humanas se realizan en equilibrio con el entorno natural.

Clasificación socio-geográfica
De acuerdo con la lectura de Guhl, E. (2017), la comunidad del Resguardo Coregüaje de Maticurú se ubica en la unidad regional del escenario etnogeográfico de las comunidades indígenas del norte del departamento de Caquetá.
Este escenario se caracteriza por ser una zona de diversidad cultural y ecológica, con comunidades que mantienen prácticas ancestrales de relación con su territorio y donde predomina la presencia de comunidades indígenas con estructura social, cultural e histórica propia, vivas y en resistencia.
Reflexiones y análisis
El escenario etnogeográfico del Resguardo Coregüaje de Maticurú refleja una relación profunda y respetuosa entre los habitantes y su entorno natural, basada en prácticas ancestrales y conocimientos tradicionales. La comunidad mantiene una visión holística del territorio, donde natura y culturaconvergen, promoviendo la conservación y el uso sustentable de los recursos.
Desde una perspectiva ontológica, su cosmovisión atribuye un carácter sagrado a la naturaleza, considerando a los seres vivos y a los espacios territoriales como partes de un todo interrelacionado, en el que la responsabilidad de cuidar y respetar sus ecosistemas es fundamental para su supervivencia física y cultural.
Este escenario revela la existencia de una ontología indígena que contrasta con las visiones dominantes de explotación y mercantilización de los recursos naturales, exhibiendo una forma de conocimiento y relación con la tierra que puede ofrecer importantes enseñanzas para promover modelos de convivencia sustentable y de protección ambiental.
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